Violencia y agresiones a los trabajadores sanitarios

Violencia y agresiones a los trabajadores sanitarios

Desgraciadamente estamos viendo como las agresiones a trabajadores sanitarios, están aumentando en nuestro entorno, y se vienen reflejando en las noticias de sucesos que la prensa nos traslada, con una frecuencia insoportable.

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Desgraciadamente estamos viendo como las agresiones a trabajadores sanitarios, están aumentando en nuestro entorno, y se vienen reflejando en las noticias de sucesos que la prensa nos traslada, con una frecuencia insoportable. Ello hace que sea un motivo de preocupación social y sobre todo un elemento negativo que nos afecta a todos los sanitaros, porque aunque la sensibilización ante estos delitos, no es la máxima entre los trabajadores sanitarios y sobre todo en los directivos, si es la violencia ocupacional un fenómeno emergente en los riesgos laborales y específicamente en el sector sanitario y servicios de urgencias.

Las agresiones a los profesionales sanitarios constituyen un problema grave y de importantes consecuencias que hasta fechas relativamente recientes no era muy conocido y que además ha permanecido casi en silencio por su escasa denuncia. Su rápida evolución en España parece responder a un patrón de creciente violencia interpersonal observada en diversos ámbitos de nuestra sociedad (familia, educación, medio laboral, ocio, etc.).

Desde el año 2005 existe un procedimiento específico aplicable en Andalucía (Plan de Prevención y Atención de Agresiones para los Profesionales del Sistema Sanitario Público de Andalucía), donde se han dado pasos en el sentido de mejorar la atención al trabajador agredido, y desde mi punto de vista no debe suponer motivo de enfrentamiento entre partidos e instituciones, sino un motivo de trabajo en común, pero hay que reconocer que en ciertas ocasiones no se está aplicando el procedimiento en todos sus términos, además de que puede existir un número no despreciable de profesionales que no conocen en profundidad los procedimientos específicos. Por eso, desde UGT Málaga queremos poner de manifiesto que en el plano preventivo, no parece que haya tenido muy buen resultado, ya que las agresiones vienen incrementándose año a año, según la información que publica el SAS, donde en 2016 se registraron 1000 agresiones, mientras que en 2017 ascendieron a 1117, por lo que no sería una imprudencia proponer su revisión, ya que en sus 13 años de existencia, el resultado preventivo no ha sido satisfactorio, sino más bien un motivo de preocupación. Una propuesta que defendemos desde UGT, es que sea la propia Administración Sanitaria (Dirección General de profesionales) quien presente la denuncia ante cualquier agresión sufrida por sus profesionales, tanto agresiones verbales, como agresiones físicas, dado que muchos de los profesionales agredidos, no son proclives a denunciar personalmente, ante las amenazas del agresor, y porque se mantiene al agresor a menudo, como usuario en el Centro asistencial donde se ha producido la agresión.

En el año 2015 se reformó el Código Penal, en el sentido de considerar las agresiones a sanitarios y educadores, como delito de atentado contra la autoridad, con penas de hasta 4 años de prisión, este hecho ha supuesto también un destacado avance.

En el ámbito sanitario los riesgos psicosociales más ampliamente reconocidos y estudiados, y sobre los que se mantiene un relativo consenso son el estrés, la violencia en el trabajo, el acoso laboral, el acoso sexual, la inseguridad laboral y el desgaste profesional. Además hay que tener en cuenta otros factores, como la intensidad laboral y el envejecimiento de la población trabajadora.

Los recortes presupuestarios en sanidad, la poca o nula cobertura de plazas vacantes en sanidad durante algunos años, la falta de profesionales en algunas categorías que impide cubrir los periodos de vacaciones u otras ausencias de los trabajadores, son elementos que no debemos olvidar, porque dificultan la prestación de los servicios sanitarios de manera eficiente.

Y hay que destacar además, que este año 2018, el porcentaje del PIB dedicado en España a sanidad se sitúa en el 5,8%, el primer año que este porcentaje ha bajado del 6%, alejándose de los países europeos con más inversión en sanidad. Se trata del nivel más bajo desde el año 2007.

Son factores que influyen en la sobrecarga laboral, en el incremento de las listas de espera y en el deterioro de la sanidad pública.
Actualmente estamos trabajando junto a la Subdelegación de Gobierno en Málaga, en mecanismos de coordinación con las fuerzas de orden público, para la activación y rápida intervención de Guardia Civil o Policía Nacional, ante situaciones de violencia o agresión a trabajadores sanitarios, seguimos trabajando, pero no debemos olvidar que gracias a los profesionales sanitarios, a su esfuerzo y dedicación, más aun, en los tiempos que aún continúan, de falta de recursos, son los que están manteniendo este servicio fundamental que es la Sanidad Pública.


*Ramón Sánchez Garrido es médico de familia y secretario general de UGT Málaga