Fue hace casi cuarenta años, en 1983, cuando el equipo de Luc Montagnier descubrió el virus agente de la epidemia de SIDA, el VIH, que estaba provocando la muerte a miles de personas por todo el mundo. Desde entonces mucho se ha conseguido en el estudio, prevención y tratamientos de la infección por VIH. Pero donde apenas se ha avanzado ha sido en la eliminación del estigma para las personas con VIH. 

 

El miedo a la discriminación hace que muchas personas con VIH suelan ocultar en su entorno familiar, social y también laboral, este hecho. Sabiendo que toda persona tiene el derecho de no suministrar información sobre su salud que no desee compartir, llama poderosamente la atención que aún las personas VIH-positivas se sientan observadas, cuestionadas y discriminadas por un estado serológico que no conlleva ningún problema para las personas con las que interactúan.

 

Es muy importante que en los centros de trabajo sean espacios de seguridad para las personas VIH-positivas, y eso solo es posible si todos y todas las empleadas del mismo disponen de información de calidad sobre esa situación. Y por ello, es fundamental que delegadxs y miembros de Comité de Empresa, además de las Secciones Sindicales, sepan más sobre ello.

 

Indetectable=Intransmisible

Desde los años 80 sabemos que el VIH solo se transmite a través del intercambio de fluidos corporales en determinadas prácticas como son las penetraciones sin condón, las transfusiones sanguíneas o el uso compartido de jeringuillas. En el resto de relaciones personales e incluso afectivas (compartir herramientas, darse abrazos o besos, etc.) no conlleva ningún riesgo.

 

Pero desde hace años también se sabe que las personas VIH-positivas que gracias a los tratamientos antirretrovirales tienen el virus indetectable en sangre tampoco la transmiten durante la penetración sin protección.

 

Por eso es tan importante la detección precoz del VIH que se consigue con un análisis sanguíneo rutinario en los centros de salud, además de por pruebas rápidas que pueden realizar en distintas asociaciones que trabajan en la prevención del VIH y acompañamiento de las personas con VIH.

 

Es decir, es imposible una persona VIH-positiva que siga su tratamiento farmacológico pueda transmitir el VIH a ninguna persona de su entorno, ni siquiera si mantiene relaciones sexuales con penetración sin protección.

 

Por lo tanto, el riesgo de transmisión del VIH entre trabajadores y entre empleados y clientes de  la mayoría de centros de trabajo es 0, ni siquiera accidental en el caso de personas VIH-positiva medicadas.

 

Que hacer como trabajador y como representante de los y las trabajadoras de mi centro de trabajo

Lo primero que hay que hacer para actuar racionalmente frente al VIH es buscar y recibir información de calidad sobre el VIH y no contribuir a la estigmatización de personas VIH-positivas por nuestro desconocimiento o nuestros prejuicios irracionales sobre esta realidad.

 

Segundo, estar pendiente por si en el centro de trabajo se hacen comentarios sobre la realidad serológica (conocida o imaginada) de VIH de cualquier trabajador o trabajadora, para abordar como atajar los comentarios y rumores y evitar cualquier situación de discriminación, como puede ser la exigencia de pruebas serológicas sin justificación, despidos, falta de promoción, acoso, etc.

 

Tercero, realizar acciones informativas y formativas sobre el VIH, haciendo hincapié que cuando el VIH es indetectable en una persona seropositiva significa que no puede transmitirlo. Y que la mejor forma de asegurar que nadie pueda transmitir el VIH de forma accidental, es mediante la realización periódica de pruebas de VIH de toda persona sexualmente activa que tenga sexo sin protección.

 

Cuarto, introducir protocolos para supuestos de situaciones de riesgo biológico, entre los que se incluya el riesgo por VIH de forma accidental.

 

Finalmente, desde UGT Andalucía consideramos que debemos promover la idea de que la mejor forma de que una plantilla sea productiva y favorezca la rentabilidad de una empresa es asegurar que todos y todas sus trabajadoras se sientan seguras  y confiadas en su puesto de trabajo.

 

 

 

Pablo Morterero

Colaborador de la secretaría de Igualdad, Juventud y Formación de UGT Andalucía.