UGT Andalucía en verde Día Mundial del Medio Ambiente
Necesitamos un modelo de consumo y de generación de riqueza mucho más sostenible y respetuoso con el medio ambiente; generador de empleo de calidad y que no deje a nadie atrás.
La emergencia climática es una realidad que se recrudece con cada nuevo récord de temperatura alcanzado. Una realidad que vuelve a afectar mucho más negativamente a los más vulnerables y que pone de manifiesto que nuestros dirigentes siguen sin dedicar, al cambio climático, la importancia que requiere. Y que tanto desde el mundo científico como desde de la ciudadanía se está demandando.
Todavía nos encontramos con poderosos lobbies que continúan negando el cambio climático o que centran sus objetivos en lograr retrasar la implantación de las medidas de mitigación y adaptación necesarias, contaminando y pervirtiendo así muchas políticas y suponiendo un serio riesgo contra los derechos de la ciudadanía y contra la propia supervivencia del planeta.
Frente a esta emergencia climática y frente a negacionistas y retardistas, los sindicalistas de clase no podemos más que actuar, promoviendo un cambio de tendencia y velando porque las políticas climáticas europeas den un paso más, en lo que a ambición se refiere, y persigan con determinación la reducción de la dependencia energética de los combustibles fósiles y limitar el calentamiento global por debajo de ese 1,5 grados centígrados.
Europa debe redoblar sus esfuerzos, políticos y presupuestarios, dirigidos a financiar medidas para transformar los actuales procesos de producción, hacia otros descarbonizados, medioambientalmente comprometidos y que persigan la minimización, e incluso la eliminación del uso de las energías no renovables.
De ahí que sea tan importante que el conjunto de la clase trabajadora europea, medioambientalmente concienciada, nos movilicemos para ir a votar a las opciones políticas de progreso y comprometidas con el respeto al medio ambiente y con una transición justa.
Hay que concienciar a Europa, y al resto del mundo, de los efectos positivos de una transición justa que garantice la supervivencia de los ecosistemas; que haga sostenible y saludable nuestro sistema sanitario; que mantenga habitables nuestros pueblos y ciudades; que eleve la calidad de los servicios públicos; y que mejore la calidad actual del empleo.
Para conseguir este ambicioso objetivo hace falta financiación, la cual debe estar basada en los principios de responsabilidad y capacidad, para que sean las economías más desarrolladas, los países más ricos, los que corran con la mayor parte del gasto, al ser ellos los principales causantes del cambio climático y los que cuentan con mayores recursos presupuestarios.
La situación geográfica de Andalucía, los efectos de las sequías y el porcentaje de territorio en peligro de desertificación nos convierten en una región vulnerable al cambio climático. En este escenario, no hay lugar a dudas, a medias tintas y, mucho menos, a dar pasos atrás. La crisis climática tiene que ser tratada como la emergencia que es y sin olvidar que, lo que nos estamos jugando, es la salud pública, la alimentación, los recursos hídricos, el empleo y, en definitiva, la propia vida de nuestro planeta.
Desde UGT Andalucía hacemos un llamamiento a la clase trabajadora andaluza a aprovechar las reivindicaciones de este 5 de junio para exigir a nuestros dirigentes un mayor compromiso con la acción climática y con la Transición Ecológica Justa.
Como agente social más representativo, entendemos que ha llegado ya el momento de acelerar la apuesta por las importantes transformaciones políticas, económicas y sociales que la ciudadanía exige y el Planeta necesita. Y reivindicamos que esta aceleración se lleve a cabo propiciando la participación, de quienes representamos los derechos e intereses de la clase trabajadora, en los procesos de planificación y decisión, asegurando así que las necesidades y preocupaciones de las personas trabajadoras sean atendidas.