Lejos de mejorar la situación con respecto al verano pasado, este será aún peor y es que tanto el número de contratos como su duración es inferior a los de 2024. Contratos de 1 y 2 meses en su mayoría, con un período que incluye desde junio hasta final de octubre, con cierre de la mayoría de centros de salud por las tardes, recortando personal sanitario y no sanitario.

Esta política de recortes va a seguir ahondando en la brecha sanitaria que existe entre Andalucía y el resto del Estado, tal y como demostramos hace unas semanas con el “informe sobre el estado del sistema sanitario público andaluz” y va a provocar más listas de espera, mayor tiempo para diagnosticar, más tiempo para la recuperación y peores pronósticos.

Lejos de fidelizar a profesionales esta política sanitaria está consiguiendo alejar cada vez más a los profesionales de Andalucía o del Sistema Sanitario Público, impidiendo que retornen quienes se fueron y continuaremos maltratando a los usuarios de una forma sin precedente. Profesionales más quemados, más agredidos y usuarios peor tratados es el balance de este verano que poco parece importarle a la consejera de Salud.