UGT reafirma su compromiso activo con la defensa del patrimonio natural
Hoy, 22 de mayo se celebra el Día Internacional de la Diversidad Biológica, una fecha proclamada por Naciones Unidas para recordar la urgencia de proteger la biodiversidad, clave para garantizar la vida en el planeta y el bienestar de las generaciones presentes y futuras.
Este año, el lema elegido es “Armonía con la naturaleza y desarrollo sostenible”, que pone el foco en la necesidad de transformar el vínculo entre las sociedades humanas y los ecosistemas. Además, esta jornada también recuerda los compromisos del Marco Mundial Kunming-Montreal para la Diversidad Biológica, aprobado en 2022 por más de 190 países. Un plan que establece 23 metas para 2030 y 4 objetivos de largo plazo hasta 2050, con acciones como restaurar el 30% de los ecosistemas degradados, reducir a la mitad el desperdicio de alimentos e invertir 200.000 millones de dólares anuales en la protección de la naturaleza.
La biodiversidad no es solo la variedad de especies: es la base de la vida. De ella dependen el agua que se bebe, los alimentos que se cultivan, la salud pública y los equilibrios que hacen posible habitar el planeta. Cuando se destruyen los ecosistemas, se pierde mucho más que flora o fauna: se rompen relaciones esenciales que sostienen la vida en su conjunto.
Proteger la biodiversidad exige, por tanto, asumir una verdad incómoda pero fundamental: la especie humana no es el centro del planeta, sino una parte más de él.
A pesar de los discursos que defienden que el mundo está hecho “para las personas” y que cuestionan incluso decisiones personales como no tener descendencia por razones ecológicas, lo cierto es que la humanidad solo puede vivir si el conjunto del ecosistema funciona. Resulta incomprensible demandar el cuidado a las personas mientras se desacredita la necesidad de proteger aquello que hace posible la vida humana: los suelos fértiles, los ciclos del agua, los polinizadores, los mares limpios o los bosques sanos. La vida humana solo es posible dentro de un sistema ecológico que funcione, y ese sistema está hoy gravemente amenazado por las propias actividades humanas.
La biodiversidad se protege, también, desde el trabajo
UGT defiende que esta crisis ecológica también es una cuestión social y laboral. La biodiversidad se protege, también, desde el trabajo: en la agricultura familiar, en la ganadería extensiva, en la restauración de ecosistemas, en la vigilancia y gestión de espacios naturales, en la educación ambiental, en la ciencia y en la conservación. Son sectores con enorme capacidad para generar empleo verde y decente, arraigado en los territorios y alineado con una economía verdaderamente sostenible.
Por eso, en este día internacional de la Diversidad Biológica, UGT reafirma su compromiso activo con la defensa del patrimonio natural. Hoy mismo, el sindicato participa en el Consejo Estatal para el Patrimonio Natural y la Biodiversidad y en el Consejo Forestal Nacional, espacios clave para avanzar en políticas que protejan la naturaleza al tiempo que defiendan el empleo y el desarrollo justo de los territorios.
Cuidar la biodiversidad es cuidar la vida. La armonía con la naturaleza no es una consigna: es una necesidad vital y colectiva.