UGT exige una respuesta europea urgente, ambiciosa y estructural ante la crisis de la vivienda
La Unión General de Trabajadoras y Trabajadores (UGT) ha reclamado, en el marco del Cities Forum 2025, que la Unión Europea (UE) actúe con urgencia frente a la crisis estructural de la vivienda que atraviesan muchas ciudades europeas. En la sesión dedicada a la vivienda social y asequible, Mari Carmen Barrera, secretaria de Políticas Europeas de UGT, ha defendido una mayor implicación de la política de cohesión para garantizar el derecho a una vivienda digna en todo el territorio europeo.
La sesión ha reunido a representantes de instituciones europeas, gobiernos locales y entidades sociales, entre los que destacan: Matthew Baldwin, director general adjunto de la Comisión Europea; Marcos Ros, eurodiputado del Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas del Parlamento Europeo (S&D); Ruth Owen, subdirectora de la FEANTSA; y Gerry Muscat, asesor directivo en vivienda del Banco Europeo de Inversiones (BEI).
Durante su intervención, Barrera ha presentado las principales propuestas del dictamen que está elaborando como ponente en el CESE, entre ellas, duplicar la inversión en vivienda asequible hasta alcanzar los 10.500 millones de euros, crear una Plataforma Europea de Inversión en Vivienda con el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y excluir este tipo de inversión del cómputo del déficit público.
Además, ha reclamado una urgente y estricta regulación europea del alquiler turístico, que está impactando en las vidas de las personas trabajadoras, dejándolas sin opciones, así como el fin de los visados dorados y una apuesta clara por la rehabilitación energética de viviendas en línea con el Pacto Verde.
Hay que declarar la vivienda un servicio de interés económico general. Esto frenaría la especulación inmobiliaria, facilitando a los municipios y las regiones el desarrollo de políticas públicas más sólidas y centradas en las personas.
Por último, las políticas de vivienda deben incorporar una perspectiva de género, promover el acceso de los jóvenes, las familias monoparentales, las personas mayores y los migrantes, y adaptarse tanto al contexto urbano como al rural, coordinándose con las políticas de transporte, empleo, educación y servicios públicos.
Para UGT, la crisis de la vivienda no es solo un reto social, sino que también afecta directamente a la cohesión social, la movilidad laboral y la competitividad económica. Para ello, los interlocutores sociales deben desempeñar un papel fundamental en el diseño y la evaluación de las políticas de vivienda. Porque sin vivienda no puede haber igualdad, ni empleo estable, ni una Europa cohesionada. Invertir en vivienda asequible y social es invertir en la estabilidad y el desarrollo sostenible de la UE.