La posición geográfica andaluza nos hace especialmente vulnerables a los efectos del cambio climático
La secretaria de Industria, Transición Justa y Medio Ambiente de UGT Andalucía, Clara de la Colina, ha intervenido en el curso sobre "Acción Climática en la negociación colectiva" que organiza el sindicato en Antequera (Málaga), en la mesa "La emergencia climática: impactos y soluciones. Una aproximación desde Andalucía", junto con la intervención de Fernanda Pita, doctora en Geografía, donde ha señalado que "ya es una realidad que, en todos los rincones del mundo, las personas nos estamos uniendo para darle voz a la lucha contra el cambio climático y para proteger nuestro planeta. Los sindicatos queremos desempeñar un papel protagonista en esta lucha por la naturaleza, por la vida en un ambiente saludable".
“La emergencia climática es el fiel reflejo del cambio climático al que estamos asistiendo y de sus devastadoras consecuencias. Algunas de ellas, como el aumento del nivel del mar, el incremento de las temperaturas globales, la frecuencia y virulencia de los incendios forestales o la propia sequía no son más que la punta del iceberg”, ha señalado.
“Lamentablemente, la emergencia climática está teniendo también vastas consecuencias socioeconómicas de las que rara vez se habla. Consecuencias como, desplazamientos humanos en masa llevados a cabo de manera forzosa, aumento de las personas refugiadas, importantes reducciones de la creación de riqueza y de empleo, inflación, problemas de abastecimiento de algunos alimentos y, con ello, desnutrición, inseguridad alimentaria, enfermedad, pobreza, exclusión social y mortalidad, también mortalidad laboral”.
“Hasta el Banco Central Europeo y el propio Banco de España, hacen ya declaraciones afirmando que el cambio climático está poniendo en riesgo la estabilidad financiera en el mundo. Es evidente que no existe un único responsable, que no hay una única razón que haya dado lugar a este desastre global ambiental. El estilo de vida contemporáneo, así como un modelo productivo de generación de riqueza basado, básicamente, en el consumo de combustibles fósiles sin restricción alguna, y el consumo lineal y desmedido de recursos, nos ha llevado al momento actual. En este sentido, es cierto que todos y todas estamos implicados en la primera parte, que todos y todas somos responsables de mejorar nuestros hábitos y de hacer cambios en nuestras vidas y, en este todos, incluyo también a nuestra Organización y a la forma en la que desarrollamos y entendemos nuestra acción sindical diaria”.
“Es en el seno del modelo productivo donde reside la auténtica capacidad de actuación y, con ello, también de mejora. En este sentido, son los gobiernos del mundo, y muy especialmente de aquellos a los que solemos llamar “más desarrollados”, junto con las multinacionales, grandes compañías y corporaciones gigantes, las que de imperativamente tienen que cambiar ya, de manera drástica, la forma que tienen de producir y de vender sus productos”, ha dicho la responsable sindical.
“Es cierto que Andalucía goza de una posición geográfica privilegiada y que, en términos generales, disfrutamos de un clima agradable muy alejado de las zonas climáticas más extremas. Pero también es verdad que esta posición nos hace especialmente vulnerables a los efectos del cambio climático”.
“Nuestras temperaturas medias no dejan de aumentar, cada verano volvemos a batir récords históricos de temperatura, las olas de calor extremo cada vez son más numerosas y más prolongadas en el tiempo, estamos sufriendo ya en primera persona los efectos de la sequía, las hectáreas calcinadas en nuestra tierra por los incendios forestales no dejan de crecer y cada vez estamos más acostumbrados a ver imágenes de pueblos andaluces arrollados por inundaciones e imprevisibles trombas de agua”
PREOCUPANTE AUMENTO DE LA CONTAMINACIÓN
“Tampoco podemos dejar de denunciar el aumento de la contaminación que estamos sufriendo en los principales núcleos urbanos andaluces. Contaminación del aire, de nuestras aguas subterráneas, del litoral, contaminación lumínica y también acústica. Tampoco estamos, en Andalucía, al margen de los efectos que la emergencia climática está teniendo en términos de desertificación y deforestación, ni sus dramáticas consecuencias al destruir los medios de subsistencia y el propio hábitat de las personas”.
“Cada vez son más las estimaciones que elevan incluso hasta el 10% el porcentaje de destrucción del PIB que ya está amenazando la emergencia climática. Por lo que en Andalucía estaríamos hablando de dejar de generar riqueza por un valor de unos 16.100 millones de euros o, si lo medimos en términos de empleo, estaríamos hablando, solo en nuestra tierra, de la pérdida directa de 340.000 puestos de trabajo”.
“Pero si algo ha caracterizado, históricamente, al pueblo andaluz, es la esperanza y créanme, tenemos motivos para ello. El Plan RePowerEU, publicado en marzo del pasado año, debe suponer una importante aceleración de la transición hacia fuentes de energía limpia y, de verdad, dar cobertura presupuestaria a ese deseo expresado por los Estados Miembros de hacer de Europa, la líder de la economía baja en carbono”.
“Es cierto que el desarrollo tecnológico ha contribuido, en gran medida al cambio climático, pero también que las nuevas tecnologías, mucho más eficientes, son nuestra principal herramienta en el objetivo global de reducir las emisiones a la atmósfera y ayudar a generar un mundo más limpio. La investigación científica, esa que asegura que el cambio climático es irrefutable, también señala que todavía no es demasiado tarde para actuar. Pero para ello necesitamos una amplia transformación de todos los aspectos de la sociedad, desde nuestra forma de cultivar los alimentos y de usar la tierra, hasta la de fabricar productos en masa y transportarlos, pasando, cómo no, también, por nuestros propios hábitos diarios”.