La plantilla española de KBR de la Base de Morón ha acordado, con el apoyo del 91% de la plantilla, convocar huelga de cinco días empezando el 31 de mayo, todos los viernes, con el objetivo de que la empresa acepte restituir de sus puestos de trabajo a las personas despedidas sin previo aviso y sin causas que lo fundamenten.

La pasada semana, la empresa sin el menor rasgo de sensibilidad hacia las personas despedidas, las citó en las oficinas centrales para entregarles las cartas de despido, una vez transferidas las indemnizaciones a sus respectivas cuentas bancarias. Esa manera de comunicar los despidos habla del valor dado a personas con muchos años de servicio a las Fuerzas Armadas de EEUU que, en cuestión de despidos, se “pone de perfil” e inhibe cuando es a ellos a quién KBR presta servicios.

El secretario general de UGT en la Base de Morón y presidente del Comité, José Armando Rodríguez Ardila, habla de la necesidad de que la clase política se implique en la solución de la Base. “Desde 2010, se han perdido 400 empleos españoles y es hora, y se lo vamos a exigir durante la huelga, de que nuestros representantes políticos que están en sus cargos con nuestros votos, asuman de una vez por todas su obligación de velar por nuestros legítimos intereses. No vamos a permitir, como llevamos años denunciando, que la base de Morón se convierta en una colonia”, ha señalado.

“En este sentido pedimos apoyo también de aquellos partidos que no se manifiestan en apoyo de personas despedidas en la Base porque han de saber que de los 15 despedidos hay tres limpiadoras, seis ayudantes de cocina, un operario y seis administrativas. Con este perfil, nadie puede decir que no son personas trabajadoras” concluye.