“Los resultados electorales del pasado domingo nos evidencian el aumento de partidos de ultraderecha y esto es motivo de preocupación por varios motivos, especialmente en lo que respecta al impacto potencial sobre las familias trabajadoras. Porque pueden suponer una amenaza a los derechos laborales: Esto incluye la reducción de las regulaciones laborales, la flexibilización del mercado laboral y la limitación de los derechos sindicales”.

“También, por su apuesta por la reducción del Estado del bienestar, ya hemos escuchado cómo muchos líderes de ultraderecha abogan por la reducción del gasto público y la privatización de servicios esenciales, como la educación y la sanidad. En definitiva, con más representación de la ultraderecha en el Parlamento Europeo, las políticas centradas en la justicia social, la igualdad y el bienestar de los trabajadores pueden quedar en segundo plano. Esto podría ralentizar o incluso revertir los avances en áreas como el salario mínimo europeo, la protección contra el desempleo y otras medidas cruciales para mejorar la vida de las familias trabajadoras. Por ello no podemos bajar la guardia y debemos, más que nunca, ser el muro de defensa de la clase trabajadora”, ha señalado.

“En Andalucía, por decirlo de alguna manera, podemos decir que vivimos en una fase de “falsa calma”. Evidentemente, la firma del Pacto Social y Económico por el Impulso de Andalucía vino a recuperar un proceso de concertación social que siempre ha contribuido a la necesaria paz social que precisa una economía, no especialmente fuerte, como es la andaluza. Vamos a estar especialmente vigilantes en el cumplimiento estricto de todas y cada una de las medidas incluidas en el texto”.

UNA VERDADERA INDUSTRIALIZACIÓN

Según Oskar Martín, “apostar por el desarrollo socioeconómico sostenible que queremos para nuestra tierra es apostar por una verdadera industrialización de Andalucía. Las cifras son claras, nuestro sector secundario apenas si aporta un 9% al PIB regional, once puntos por debajo de ese 20% recomendado por la Unión Europea”.

“Nadie mejor que los hombres y mujeres de vuestra federación saben cómo es, el empleo generado en el seno del sector industrial, el que más ayuda a elevar las condiciones laborales del conjunto del empleo andaluz. Una mejora de las condiciones laborales que es debida al esfuerzo de todos y cada uno de vosotros y vosotras en las mesas de negociación de los convenios colectivos del sector. Un trabajo que hace que el coste salarial ordinario, en la industria andaluza alcance los 1.918 €, según la última Encuesta Trimestral de Coste Laboral publicada por el INE, casi 200 € por encima de la media autonómica”.

“Hablar de empleo industrial es también hablar de un empleo más verde, de más valor añadido, que favorece la conciliación de la vida familiar y profesional, que posibilita la desconexión, que minora la siniestralidad laboral y que, en definitiva, avanza en derechos sociales”.

“Y es precisamente por esta importancia relativa del empleo industrial por la que nos tenemos que dejar el alma en defenderlo. Dejarnos el alma como ya lo estáis haciendo en la base de Morón, defendiendo a esos 15 compañeros y compañeras de KBR injustamente despedidos e intentando asegurar los más de 250 puestos de trabajo actuales de la empresa”, ha dicho.

“Además, quiero expresar mi más profundo pesar por el terrible incendio que ha afectado a la empresa hortofrutícola Mabe en Las Norias de Daza. Esta tragedia ha golpeado duramente a una de las principales empresas del sector, dejando un impacto devastador tanto en las instalaciones como en la comunidad de trabajadores y trabajadoras que dependen de ella”.

“Para ellos los sindicalistas de UGT nos dejamos el alma como, a lo largo de toda la historia, hemos hecho en el sector del Metal de Cádiz. Un sector que, afortunadamente, ha ratificado ya la plataforma de un nuevo convenio que va a venir a generar mejoras en aspectos como la antigüedad o las condiciones laborales de las trabajadoras y trabajadores fijos discontinuos”.

“Y hablando de Cádiz, es obligatorio hacer una mención a lo que sucede en la planta de Los Barrios en Acerinox. Esta madrugada se ha conseguido presentar una nueva propuesta para la negociación del convenio colectivo con el objetivo de poner fin a la huelga en la factoría, que ya supera los cuatro meses”.

“Tampoco quiero que olvidemos la enorme aportación que la construcción ha aportado a la economía y al empleo en Andalucía. No podemos caer en el error que se equipare construcción con burbuja inmobiliaria. No lo vamos a consentir porque sería olvidarnos de los 225.000 trabajadores y trabajadoras que la construcción ocupa en Andalucía. No lo vamos a consentir porque la construcción, cuando es ordenada y sostenible, genera riqueza y, además y no lo olvidemos, es una actividad económica esencial para poder dar satisfacción a dos derechos que desde nuestro sindicato entendemos como fundamentales, el derecho a una vivienda digna y el derecho de las personas más jóvenes a emanciparse y poder desarrollar un proyecto de vida independiente y en unas condiciones sociales y económicas dignas”.

CONDICIONES DIGNAS PARA EL CAMPO ANDALUZ

Además, Oskar Martín ha querido resaltar que “hablar de sector agrícola no es sólo hablar de terratenientes, de latifundistas, de grandes regadíos o de uso abusivo de los recursos hídricos. Hablar de sector agrícola en Andalucía es hablar de mejora de las condiciones laborales, es hablar de igualdad de oportunidades, de relevo generacional, de fijación de la población al territorio, de reparto social del agua, de lucha contra la erosión y la desertificación. Hablar de sector agrícola en Andalucía es hablar de medio ambiente y es hablar de acabar con la brecha entre la Andalucía rural y la urbana”.

“Precisamente esto es lo que hacemos cuando defendemos cuestiones como la pronta aplicación de la jornada continua en el campo andaluz, entendiendo que hay que evitar la exposición a temperaturas extremas de calor, y más ahora, que nos encontramos en una constante situación de emergencia climática y de sequía que, lejos de ser algo puntual o coyuntural, cada vez es más habitual y prolongada.

Finalmente ha querido animar “a seguir haciendo lo que la UGT ha hecho a lo largo de sus casi ya 140 años de historia, ser útiles a los trabajadores y trabajadoras; dejándonos la piel en la defensa de los derechos e intereses de la clase trabajadora”.