88 años del Golpe Militar, que devolvió a España a una dictadura
Hoy, 18 de julio, nos detenemos a reflexionar sobre un episodio decisivo y doloroso de nuestra historia reciente: el golpe de Estado de 1936 que desencadenó la Guerra Civil Española. Como miembros de la Unión General de Trabajadores de Andalucía (UGT-A), es nuestro deber recordar lo ocurrido, no sólo para honrar a quienes lucharon y murieron por la libertad y la justicia, sino también para reafirmar nuestros compromisos con los valores que nos definen como organización y como sociedad.
Hace ochenta y ocho años, España fue sacudida por un golpe militar que pretendía derrocar, y así lo hizo, al gobierno legítimo de la Segunda República. Este golpe, liderado por sectores reaccionarios y apoyado por fuerzas antidemocráticas, fue el inicio de un conflicto devastador que dejó cicatrices profundas en nuestra nación. Además de los muertos en el frente, que los historiadores calculan entre 150 mil y 300 mil, las fuerzas franquistas represaliaron a unas 150 mil personas, la mayoría de ellas asesinadas en ajusticiamientos sin garantía legal, campos de concentración, murieron en cárceles en condiciones inhumanas, o sufrieron exilio. Según la investigación exhaustiva, aún no concluida, con fichas individuales, de la Fundación Largo Caballero, 40.892 de esas víctimas, fueron mujeres y hombres represaliados de la UGT.
En Andalucía, como en otras regiones, los trabajadores y campesinos se levantaron en defensa de sus derechos y de la democracia. La UGT jugó un papel crucial en esta resistencia, organizando a las masas y luchando en las trincheras, tanto en el campo de batalla como en las fábricas y campos. UGT-A tiene una Fundación, FUDEPA ( Fundación para el Desarrollo de los Pueblos de Andalucía), dedicada a recopilar, en un archivo histórico, toda la información sobre las actividades del sindicato, desde la II República hasta la actualidad, pasando por el franquismo y la transición.
Recordar el 18 de julio es recordar la valentía y el sacrificio de aquellos que se opusieron a la opresión. Es rendir homenaje a las mujeres y hombres que, en condiciones extremas, se mantuvieron firmes en sus convicciones. Pero también es un momento para reflexionar sobre las lecciones aprendidas y los retos que aún enfrentamos.
Hoy, la UGT-A sigue comprometida con la defensa de los derechos laborales y sociales. La lucha por la justicia social, la igualdad y la democracia continúa siendo nuestra bandera. En un contexto de crisis económica y social, agravado por las políticas neoliberales que precarizan el empleo y recortan los servicios públicos, es más urgente que nunca mantener viva la llama de la solidaridad y la acción colectiva.
El 18 de julio de 1936 nos recuerda que los derechos conquistados no son permanentes y que debemos estar siempre vigilantes ante las amenazas a nuestras libertades. La memoria histórica no es un simple ejercicio de nostalgia, sino una herramienta vital para construir un presente y un futuro más justos. Desde la UGT-A, hacemos un llamamiento a todas las fuerzas progresistas a unirnos en la defensa de un modelo de sociedad donde la dignidad humana y la justicia social sean los pilares fundamentales.
En esta conmemoración, renovamos nuestro compromiso con los valores republicanos de libertad, igualdad y fraternidad. Nos solidarizamos con todas las víctimas de la guerra y de la dictadura franquista, y reafirmamos nuestra determinación de luchar por una sociedad donde nunca más tenga cabida el fascismo.
Que el recuerdo del 18 de julio de 1936 nos inspire a seguir luchando con determinación y esperanza. Juntos, en unidad y con solidaridad, podemos construir un futuro donde la justicia social y la dignidad humana sean la norma, no la excepción.
Valoración de Rafael Gelo, secretario de Institucional de UGT Andalucía