El fallo que dejó sin diagnóstico a miles de andaluzas: tres años de silencio y una crisis sanitaria destapada por las mujeres

El fallo que dejó sin diagnóstico a miles de andaluzas: tres años de silencio y una crisis sanitaria destapada por las mujeres

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La denuncia de una asociación de pacientes revela fallos graves en el programa de cribado de cáncer de mama de la Junta de Andalucía. Tras años de avisos ignorados, la presión social ha provocado una dimisión, un plan de choque y una movilización histórica.

 

En Andalucía ha estallado la crisis de los cribados gracias a la denuncia pública de AMAMA en la cadena SER. AMAMA es una asociación de mujeres con cáncer de mama , que comenzó su andadura en 1.994 con la finalidad de dar respuesta y ayudar a las mujeres afectadas por el cáncer de mama en Sevilla.

 

Durante más de tres años,esta asociaciónha luchado contra la burocracia, la desidia institucional y la falta de respuestas.  Lo que parecía una simple demora en las pruebas del programa de cribado de cáncer de mama en Andalucía acabó destapando uno de los mayores escándalos sanitarios recientes en la comunidad. Miles de mujeres, algunas ya fallecidas, habrían sido víctimas de un fallo en el sistema que las dejó fuera del programa de detección precoz.

 

Desde hace tres años, la asociación AMAMA venía alertando a la Junta de Andalucía sobre retrasos y fallos en el protocolo de cribado del cáncer de mama. Cartas, reuniones, correos, peticiones formales… nada surtía efecto. Los responsables políticos cambiaban, pero la situación seguía igual. “Nos decían que todo funcionaba con normalidad”, lamenta Ángela, portavoz de la asociación.

El 27 de septiembre, todo cambió. En un programa de la Cadena SER, las representantes de AMAMA fueron entrevistadas y contaron lo que llevaban años denunciando sin ser escuchadas: mujeres que no habían sido llamadas a sus revisiones, pruebas que se retrasaban hasta un año y diagnósticos tardíos que, en algunos casos, habían costado vidas.

Al día siguiente, el 28 de septiembre, la prensa recogió la noticia. La reacción de la Junta de Andalucía fue inmediata, pero defensiva. Negaron que existiera un error informático y calificaron el problema como “una limitación detectada en el circuito que ha afectado la accesibilidad de manera puntual”. Hacían un llamamiento a la calma, pero la calma se había roto.

Tras la emisión del programa, los teléfonos de AMAMA comenzaron a sonar sin descanso. “Nos llamaban mujeres de toda Andalucía contando casos idénticos”, relata Ángela. Una de ellas explicaba que había pedido una mamografía en enero y aún no tenía cita para finales de año. Otra relataba que, tras descubrir un bulto, su médico de cabecera le confesó que el sistema debía haberla llamado hacía más de un año para el cribado rutinario.

El 29 de septiembre, TVE contactó con la asociación para entrevistarlas. En esa fecha, la asociación ya tenía registradas más de 20 mujeres afectadas, mientras que la Junta reconocía únicamente tres casos. Pero aquello solo era el principio.

El 30 de septiembre, el colapso fue total. Llamadas, correos, mensajes en redes. Mujeres preocupadas, familias de fallecidas que sospechaban que un diagnóstico tardío había contribuido al desenlace, y decenas de testimonios de todas las provincias andaluzas. Algunas mujeres llamaban con miedo: “Si no me han citado, ¿será porque el sistema falló y puedo tener cáncer sin saberlo?”, contaban entre lágrimas.

El 2 de octubre, la Consejera de Salud se reunió con representantes de AMAMA. Lo que podría haber sido un encuentro para buscar soluciones se convirtió en una reunión tensa. “Nos dijo que éramos alarmistas y que veíamos el vaso medio vacío”, recuerda una de las asistentes.

Sin embargo, en esa misma reunión la propia consejera reconoció que los fallos podían haberse producido desde enero de 2024, aunque posteriormente se ha sabido que datan de mucho antes, y que unas 2.000 mujeres podrían estar afectadas. Aun así, minimizó la gravedad del problema y prometió que se iría “llamando poco a poco” a las mujeres pendientes de revisión. La causa de la demora —la falta de medios humanos y técnicos— ni siquiera se mencionó.

Indignadas por la falta de responsabilidad política, las asociaciones que forman parte del Consejo Andaluz de la Mujer, junto a UGT, CCOO y otras organizaciones feministas, acordaron el 3 de octubre pedir la dimisión de la consejera. La petición se difundió rápidamente y sumó apoyos masivos: sindicatos, asociaciones de pacientes, FACUA y colectivos sociales de toda Andalucía.

El tema saltó a los medios nacionales. En cuestión de días, la situación en Andalucía se convirtió en un debate de salud pública en todo el país. La indignación creció aún más cuando salió a la luz un informe interno de la propia Junta de Andalucía, fechado en 2023, que advertía de una mayor mortalidad por cáncer de mama en Andalucía respecto a la media española.

La combinación de negligencia, opacidad y desprecio hacia las afectadas hizo estallar la situación. El 8 de octubre se convocó una concentración urgente frente a la Consejería de Salud. A pesar de ser un día laborable y con solo dos días de preparación, la asistencia fue masiva. Mujeres de todas las provincias acudieron con pancartas que decían: “Nuestras vidas no pueden esperar”, “Queremos morir de viejas, no de cáncer” y “Tu gestión nos mata” entre otras.

Ante la presión social y mediática, la consejera presentó su dimisión. El Gobierno andaluz anunció un plan de choque de 12 millones de euros y la contratación de 119 profesionales para reforzar el programa de cribado. Pero las promesas no bastaron para recuperar la confianza perdida.

 

Lejos de detenerse, la ola de testimonios continuó creciendo. AMAMA y otras asociaciones siguieron recibiendo correos y llamadas de mujeres que no habían sido citadas, que llevaban meses esperando una revisión o que simplemente querían confirmar si estaban en la base de datos del programa de cribado.

El equipo jurídico de la asociación comenzó a estudiar la posibilidad de presentar una demanda colectiva o múltiples demandas individuales. Las afectadas reclaman responsabilidades sanitarias y civiles por los daños ocasionados.

“Seguimos sin saber qué falló, ni cuándo empezó, ni cuántas mujeres hay realmente afectadas”, denuncian desde AMAMA. “Dicen que ha sido algo puntual, pero los hechos demuestran lo contrario”.

Ante el silencio institucional y la falta de respuestas, las asociaciones han convocado una macro concentración para el 26 de octubre frente al Palacio de San Telmo, sede del Gobierno andaluz. La convocatoria se ha extendido por toda la comunidad con un mensaje claro: “Nuestra vida no puede esperar”.

El 22 de octubre, La Fiscalía de Andalucía abre diligencias tras la denuncia de AMAMA sobre la desaparición y manipulación de pruebas diagnósticas  relacionadas con mamografías realizadas a varias pacientes. Tras esta denuncia y  el anuncio de esta movilización el Gobierno andaluz ha reaccionado con una estrategia de descrédito. Según denuncian desde AMAMA, se han difundido bulos y acusaciones políticas que intentan vincular la protesta con el PSOE. “Nos acusan de ser parte de una estrategia partidista, pero se olvidan de que el cáncer no tiene siglas ni colores”, responde Ángela. “Esto va de vidas, no de votos”.

El caso ha abierto un debate de fondo sobre la gestión del sistema público de salud en Andalucía y la falta de recursos en los programas de prevención. Expertos en salud pública recuerdan que los cribados de cáncer de mama son una herramienta esencial para detectar tumores en fases tempranas y reducir la mortalidad. “Cada mes de retraso puede ser vital”, advierten.

Mientras tanto, las mujeres afectadas siguen esperando respuestas. Las promesas de mejoras y los planes de choque llegan tarde para quienes no fueron diagnosticadas a tiempo. Para ellas, la reparación ya no puede medirse en cifras, sino en vidas truncadas por un fallo que nunca debió ocurrir.

Desde UGT hacemos un llamamiento firme a toda la ciudadanía andaluza para que acuda el domingo 26 de octubre, a las 12 del mediodía, frente al palacio de San Telmo, bajo el lema :Nuestra vida no puede esperar”.

 

Exigimos que se depuren responsabilidades y se adopten soluciones reales ante esta crisis sanitaria tan grave.“No se trata de una cuestión política, sino de justicia social y de salud pública”. Queremos garantías, medios, transparencia y sobre todo respeto hacia las mujeres afectadas. Porque el cáncer no espera, y nuestras vidas tampoco. 

 

Puri Gil Lobo

Secretaria de Igualdad, Mujer y Movimientos Sociales de UGT Sevilla