Reportaje publicado en Diario Sur

 

Los temporeros que acudían a la vendimia francesa eran cada año la viva imagen de la Andalucía profunda y atrasada. La afluencia de mano de obra a las campañas de recoleción en el vecino país continuaron, aunque con menor demanda, cuando aquí las cosas mejoraron, pero ahora los jornaleros presentan una peculiaridad. Entre ellos van jóvenes universitarios, titulados y con másters en su haber, pero en situación de desempleo que «encuentran así una manera de ganar un dinero que no consiguen en España», según Antonio Moro, de FITAG-UGT de Jaén, que supervisa la operación.

Moro calcula de uno de cada diez temporeros andaluces que va a la vendimia francesa es universitario, jóvenes de 20 a 28 años que aprovechan además el tiempo de verano en que disfrutan de vacaciones en los masters que realizan. «Se ha dado el caso de que jóvenes que fueron a la vendimia para pagarse los estudios y están volviendo ahora para poder subsistir, dijo el dirigente sindical. La cifra ha crecido exponencialmente este año, cuando se ha llegado a este llamativo 10%.

Los temporeros pueden ganar unos 2.500 euros de media. La demanda ha sido alta, según Moro, pues «hay gente que se ha quedado fuera, pues la situación de paro es importante y se han recibido bastantes llamadas a nuestro teléfono, pidiendo información para irse a Francia».

La campaña ocupará este año a 11.000 trabajadores del campo andaluces que salen en tramos hasta finales de agosto. Según UGT las provincias que más aportan son Jaén, con 3.300 jornaleros, y Granada, con 3.000 personas. Siguen Sevilla y Cádiz, con 1.500 jornaleros cada una, y Córdoba, con unos mil.