El descenso en el precio de los carburantes y la electricidad nos devuelven a las interanuales negativas
Según los datos oficiales hechos hoy públicos por el INE, la economía andaluza acabó el mes de agosto con un descenso de precios del 0,3%, es decir, el mismo que el registrado para el conjunto del Estado. A su vez, Andalucía (-0,4%) obtiene, por decimoquinta vez en 16 meses, una tasa interanual de IPC negativa (-0,4%), la misma también que a nivel estatal
Por provincias, durante el pasado mes de agosto, los precios se redujeron en todas las provincias andaluzas. El descenso más destacado fue el alcanzado por Córdoba (-0,5%). En sentido contrario, Jaén (-0,2%), fue la provincia andaluza donde la caída de precios fue menor.
En el último año, Almería (-0,7%), junto con Granada y Huelva (ambas -0,6%), son las provincias que continúan registrando las tasas negativas más importantes mientras que, Cádiz (-0,1%) y Sevilla (-0,3%) destacaron en el sentido contrario. De esta forma, las diferencias interprovinciales se incrementan una décima y se sitúan en seis.
Desde la Unión General de Trabajadores de Andalucía entendemos que este nuevo retroceso en el nivel general de precios vuelve a poner de manifiesto la parálisis de la economía y la prolongación del actual ciclo de recesión económica en el que está inmerso el conjunto de la economía europea.
El puntual repunte del mes pasado cuando retomamos valores positivos en la interanual ha sido un hecho específicamente puntual, achacable al inicio del periodo de vacaciones estivales. Tanto es así que, en nuestra Comunidad Autónoma, de los últimos 16 meses en 15 de ellos hemos registrado tasas interanuales negativas, lo que muestra, claramente, la prácticamente nula actividad económica que venimos registrando.
Desde nuestra organización sindical, estamos convencidos de que la única forma posible de encauzar la tendencia de los precios y, con ello del conjunto de la economía, es a partir de un concienzudo proceso de apuesta por la creación de empleo de calidad, con derechos y, como no puede ser de otro modo, justamente retribuido. El incremento de los salarios que venimos reivindicando ayudaría a reactivar el consumo interno, pilar básico de nuestro modelo económico y, con ello, tirar al alza de la demanda y, tras ella de la producción y del PIB.
Por su parte, el Ejecutivo Central continúa mostrando claramente de que parte está a la hora de sentarse en las mesas de negociación laboral. La propuesta de PGE 2016, en la que se plantea un irrisorio incremento salarial del 1% para los trabajadores públicos, que para nada sirve para paliar los esfuerzos económicos que este colectivo viene haciendo dese el inicio de la crisis, será utilizada por la clase empresarial española como argumento para continuar revisando a la baja, congelando o, en el mejor de los casos, incrementando muy levemente, la cuantía de los salarios que paga a sus trabajadores.
Desgraciadamente, todavía no sabemos nada sobre las líneas generales que van a orientar los próximos presupuestos de Andalucía. Precisamente, ese desconocimiento y la nula solicitud de colaboración por parte del ente autonómico, no nos hace albergar demasiada confianza sobre los mismos o sobre como ellos van a ayudarnos a salir de la crisis y a incrementar los niveles de calidad de vida de la clase trabajadora andaluza.