De confirmarse estos datos, cuando conozcamos los valores definitivos a mediados de marzo, la tasa interanual de inflación se situaría en el 1,1%, por lo que supondría un drástico incremento de medio punto con respecto a la tasa registrada al inicio del ejercicio económico.

No podemos más que valorar muy negativamente la disminución, que para las dañadas economías domésticas, va a suponer este incremento en el nivel general de precios. Nuevamente, la factura de la luz, la opaca política de cálculo del precio de la energía eléctrica y la permisibilidad del Ejecutivo Central con algunas prácticas de las grandes compañías eléctricas del país vuelven a traducirse en dificultades para llegar a final de mes para la mayor parte de la población.

Febrero, tradicionalmente, suele ser un mes sin incrementos importantes de precios, entre otras cosas, por los últimos coletazos de las rebajas del sector textil. Desgraciadamente, un incremento en la interanual de medio punto, en el segundo mes del año, no hace más que empeorar las previsiones finales en lo que a pérdida de poder adquisitivo de trabajadores y pensionistas se refiere.

De confirmarse este 1,1% cuando conozcamos los datos reales del mes de febrero en un par de semanas, la tasa interanual de inflación incrementaría cinco décimas con respecto al valor alcanzado en enero de este año (0,6%).  Como ya advertimos el mes pasado, la reducción de precios con la que iniciamos el año era del todo puntual por lo que, como así se ha demostrado, apenas si iba a tener impacto sobre el poder de compra de las economías domésticas.

Ante este escenario de precios, UGT Andalucía:

• Apuesta por la cláusula de retribución mínima de 1.000 euros en todos los convenios.

• Defiende la cláusula de garantía salarial como forma de asegurar nuestro poder adquisitivo.

• Rechaza la irrisoria subida del 0,25% para los pensionistas.

Solo haciendo que la mayor parte de la población recupere capacidad de compra y mejore sus condiciones generales de vida, lograremos afianzar el proceso de recuperación económica que, desgraciadamente, todavía solo se está produciendo en el campo de la macroeconomía.