Nuevo repunte inflacionista en perjuicio del bolsillo de los trabajadores
La nueva temporada de moda y el encarecimiento de los carburantes eleva los precios casi un punto en el mes de abril
Según los datos oficiales hechos hoy públicos por el INE, la economía andaluza finalizó el mes de abril con un incremento en los precios del 0,9%, una décima superior al del conjunto del Estado. A su vez, Andalucía obtiene una tasa interanual de inflación del 1,1%, la misma que la obtenida a nivel estatal y a la registrada el mes pasado (1,1%) por nuestra Comunidad Autónoma. De esta forma, encadenamos ya 20 meses con un nivel general de precios superior al del mismo mes del año anterior.
• Por grupos, Vestido y calzado (10,3%) consecuencia de la nueva temporada de modas, junto con Transporte (1,2%) debido al encarecimiento de los carburantes y Comunicaciones (1,2%) que ha visto incrementado el precio de los servicios telefónicos, fueron los grupos más inflacionistas. Por el contario, la finalización del periodo de Semana Santa ha abaratado los paquetes turísticos y eso se ha dejado notar en el grupo Ocio y Cultura (-0,7%) que, junto con Vivienda (-0,1%), debido a la rebaja en la factura de la luz fueron los únicos grupos que vieron reducido sus precios.
En los últimos doce meses, solo han descendido los precios en Menaje (-0,6%) y en Ocio y Cultura (-0,5%), mientras que los mayores incrementos de precios fueron los protagonizados por Comunicaciones (2,9%) y Transporte (2,0%).Por provincias, durante el pasado mes de abril, los precios se incrementaron en todas ellas. Los aumentos más importantes han sido los registrados en Jaén (1,2%) y Córdoba (1,1%), mientras que el más tenues fue el de Huelva (0.8%), único por debajo de la media regional.
A lo largo del último año, en todas las provincias se han incrementado los precios. Málaga (1,4%) se sitúa, en esta ocasión, como la provincia más inflacionista, junto con Granada (1,3%), mientras que Cádiz (0,6%), junto con Córdoba y Huelva (ambas 0,8%), registran los incrementos más reducidos. De esta forma, las diferencias interprovinciales se mantienen constantes en ocho décimas.
• En cuanto a los alimentos de primera necesidad, durante el pasado mes de abril, el pescado fresco y congelado (2,8%) y las patatas y sus preparados (2,3%), registraron los incrementos de precios más destacados. Por el contrario, es de reseñar igualmente el abaratamiento de muchos productos, destacando los de las frutas frescas (-1,9%) o la leche (-0,7%).
En términos interanuales, los huevos (6,2%), los aceites y grasas (5,8%) y el pescado fresco y congelado (5,4%) son ahora los productos más inflacionistas. Las legumbres y hortalizas frescas (-7,3%), las patatas y sus preparados (-6,8%) y el azúcar (-2,0%) son los alimentos con descensos de precios más importantes respecto a abril del pasado año.
• Otras cuestiones que, además del Índice General de Precios, afectan a nuestro poder adquisitivo de forma importante:
o Los carburantes se han mantenido más o menos constantes a lo largo del pasado mes de abril, aunque también es cierto que se incrementaron durante la parte final del mes. De esta forma, el diesel, ha pasado de 1,184 € al finalizar el tercer mes del año a 1,177 € el 30 de abril, llegando a cotizar incluso a 1,219 en la última semana del mes.
o El Euribor a un año, se ha incrementado mínimamente durante abril y pasa a situarse en el -0,190. Nos mantenemos por tanto muy lejos del -0,119 que se obtuviera en abril del pasado año. De esta forma, los trabajadores que vean revisadas sus hipotecas continuarán viéndose beneficiados de un abaratamiento de las cuotas mensuales.
o El recibo de la luz se ha reducido un 3,1% en el mes de abril. Según los datos que ofrece el comparador de la Comisión Nacional de Mercados y Competencia, a tres días de finalizar el mes, la factura de la luz se ha reducido 1,71 € de media. A su vez, la reducción con respecto al recibo de hace un año ha sido del 4,28%, lo que, para un consumidor medio, se traduce en una reducción de 2,37 euros en el coste mensual de la luz.
• En definitiva, los precios continúan subiendo sin que la calidad de vida ni el poder adquisitivo del conjunto de la ciudadanía andaluza mejore lo más mínimo. Ya lo hicimos el Primero de Mayo y no nos vamos a cansar de reivindicarlo: hay que incrementar los salarios, subir las pensiones y mejorar el sistema de protección por desempleo.
Según los datos del INE conocidos a principios de semana, las rentas de los hogares españoles no bastaron para hacer frente a sus gastos anuales en vivienda y consumo, por primera vez en una década, teniendo que volver a recurrir al crédito, en la mayor parte de los casos, o bien a tirar de depósitos y otros activos financieros. Lo que se nos quiere vender como un incremento del clima de positivismo no esconde más que unos salarios indignos y del todo insuficientes para afrontar el día a día para la mayor parte de las familias trabajadoras.
Es cierto que durante el mes pasado se redujo el número de desempleados, pero igualmente cierto es que dicha reducción es insuficiente y que la situación de indefensión por la que atraviesan muchos de ellos no es propia de una economía social de mercado. El porcentaje de parados que agotan sus prestaciones por desempleo sin ser capaces de volver a incorporarse al mercado laboral es una clara señal de la necesidad de reformar el sistema, mejorando la cuantía de las prestaciones y ampliando el grado de cobertura de las mismas.
Cada incremento del IPC, por pequeño que sea, supone un nuevo ataque a la línea de flotación de la calidad de vida de nuestros pensionistas. El Ejecutivo Central quiere callar con migajas electoralistas el clamor de toda una sociedad que reivindica, algo tan simple, como dignidad para sus mayores.
En definitiva, desde UGT Andalucía analizamos el IPC cada mes como un indicador básico de la calidad de vida, en el sentido que afecta directamente a la capacidad de compra de las economías domésticas. Interanuales como las que venimos registrando, por encima del 1%, no son compatibles con una sociedad donde el 42% de sus ciudadanos malviven por debajo del umbral de la pobreza. Acabar con el empobrecimiento generado por las dos últimas Reformas Laborales es el gran reto sindical que nos hemos planteado y por el que no vamos a dejar de luchar.