El IPC adelantado muestra la imperiosa necesidad de aumentar los salarios
Los datos de IPC adelantado del mes de agosto, publicados hoy por el INE, registran una tasa interanual del 3,3%, cuatro décimas más respecto al mes de julio. Si este dato se confirma, la tasa general alcanzaría su nivel más alto desde octubre de 2012, derivado de la tendencia alcista a la que venimos asistiendo durante todo el año.
Este comportamiento está directamente determinado por la subida de los productos energéticos y, en especial, de la electricidad, cuyo precio vuelve a marcar en el día de hoy un nuevo récord, anticipando una de las facturas mensuales más caras de la historia. En este sentido, la tasa de inflación subyacente, que excluye tanto a los productos energéticos como a los alimentos no elaborados, registra una tasa anual del 0,7%, hasta 2,6 puntos porcentuales por debajo del IPC general.
Para la Unión General de Trabajadoras y Trabajadores, frente a la escalada ininterrumpida del precio de la luz, es imprescindible que el Gobierno acabe con la especulación de los precios, además de ampliar el bono social y apostar, de forma decidida, por una empresa energética pública.
Además, estas cifras muestran la necesidad imperiosa de aumentar los salarios en nuestro país. La recuperación económica sólo podrá consolidarse si las rentas de los trabajadores y trabajadoras ganan poder de compra, reanimando el consumo, la actividad y el empleo, a la vez que se reducen las desigualdades.
En este sentido, las retribuciones de convenio están creciendo hasta el mes de julio tan solo un 1,54%, por lo que están perdiendo 1,76 puntos porcentuales de poder adquisitivo, algo incompatible con una reactivación sana y duradera. Si la inflación continúa en los niveles actuales, los salarios deben crecer más.
Por ello, el sindicato reclama al Gobierno la necesidad de aumentar el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) este mismo año. No tiene sentido que, a punto de comenzar el mes de septiembre, el salario mínimo de 2021 siga congelado, cuando se ha constatado el despegue de la actividad y del empleo. Si el Ejecutivo se toma en serio su compromiso de aproximar progresivamente su cuantía al 60% del salario medio, el aumento del SMI debe ser, al menos, como el de los salarios de convenio, puesto que, si no, en lugar de avanzar en el logro de ese objetivo, se ampliaría la divergencia. Pero, además, los perceptores del salario mínimo no deberían perder nunca poder de compra, por lo que su incremento no debería ser inferior al aumento medio del IPC del año.
Para UGT, la recuperación de la economía, además de asentarse en un aumento de los salarios que favorezca el consumo, lo hará con una mejora del empleo. De esta forma, el sindicato reclama reducir la precariedad en el empleo, y en especial los dos elementos que con mayor intensidad lastran el mercado laboral español, que son la temporalidad y la parcialidad involuntaria. Para ello, es preciso derogar las reformas laborales de 2010 y 2012, y conformar un nuevo modelo de relaciones laborales más equilibrado, que ponga en el centro la generación de empleo de calidad, estable y a jornada mayoritariamente completa.