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La Negociación Colectiva debe recuperar su función como instrumento fundamental para el reparto de la riqueza

La Negociación Colectiva debe recuperar su función como instrumento fundamental para el reparto de la riqueza

La crisis no ha tratado a todos por igual. De 2010 a 2015 la remuneración de los asalariados en la renta nacional ha caído en 31.100 millones de euros, mientras las rentas empresariales y de la propiedad han aumentado 7.100 millones de euros. Mientras las ganancias del Ibex han crecido, los trabajadores han visto mermado su poder adquisitivo (entre 2008 y 2014 los salarios han perdido 9,4 puntos, según el último informe sobre negociación colectiva elaborado por UGT).

03/01/2017 |

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Esto ha ocurrido, no solo por la crisis, sino por una política económica y laboral cuyo objetivo es competir en base a abaratar los costes laborales. La reforma laboral impuesta por el Gobierno del PP ha devaluado el trabajo, en derechos y salarios, ha precarizado el mercado laboral y ha desequilibrado la negociación colectiva, un instrumento fundamental para el reparto de la riqueza. El sindicato reclama rescatar la negociación colectiva. Para ello debe prevalecer de nuevo el convenio de sector sobre el de empresa, recuperar la ultraactividad de los convenios y el poder adquisitivo de los trabajadores. Algo esencial para asegurar un crecimiento económico más equitativo y sostenible y el mantenimiento del Estado de Bienestar.
 
UGT considera que no es posible mantener un mercado de trabajo basado en la precariedad, donde el empleo se caracteriza por la temporalidad, la rotación, el tiempo parcial involuntario y los bajos salarios.
 
De 2010 a 2015 la remuneración de los asalariados en la Renta Nacional ha caído en 31.100 millones de euros, mientras que las rentas empresariales y de la propiedad han aumentado 7.100 millones. Un cuantioso trasvase de rentas de los trabajadores a las empresas. En las sociedades no financieras el incremento de los excedentes empresariales es más nítida y constante: de 2006 a 2015 han ganado 6,3 puntos de participación en el Valor Añadido Bruto (VAB) (de 36,5% al 42,9%) que es lo que han perdido las rentas salariales (que han pasado del 63,5% al 57,1%). Las empresas del IBEX-35 obtuvieron entre enero y septiembre de este año un beneficio neto de 27.000 millones de euros, un 9,4% más que hace un año, y es el tercer año consecutivo que cierran el tercer trimestre con ganancias. En contraste, entre 2008 y 2014, los salarios han perdido 9,4 puntos de poder adquisitivo, aunque el índice de Precios del Trabajo indica que la devaluación salarial ha podido ser mayor.
 
A la vista de estos datos y de las previsiones del Gobierno sobre el crecimiento de nuestra economía, UGT reclama que todos los trabajadores recuperen poder adquisitivo. Para ello, y en el marco del Acuerdo de Negociación Colectiva, los sindicatos defienden incrementos salariales para 2017 que se muevan en una franja entre el 1,8% y el 3%.
 
La ganancia de poder adquisitivo de los salarios permitirá sostener el consumo y  el crecimiento económico y, al mismo tiempo, reducir las desigualdades y los niveles de pobreza y exclusión social. Al mismo tiempo, la mejora de salarios permitirá elevar los ingresos de la Seguridad Social.
 
Asimismo, UGT reclama recuperar el equilibrio de las relaciones laborales, quebrado por la reforma laboral d el Gobierno de PP. Se trata de recuperar la prevalencia del convenio de sector sobre el convenio de empresa y la ultraactividad de los convenios. Es decir volver a equilibrar las relaciones laborales porque las actuales reglas del juego, que dan mayor poder a los empresarios, son un obstáculo para alcanzar consensos en materia de negociación colectiva. La patronal no se ve en la necesidad de negociar porque ya lo tiene todo.
 
UGT considera imprescindible: 
 
Derogar las reformas laborales de 2010 y 2012 y recuperar los derechos laborales cercenados a los trabajadores, como paso previo para poder constituir, de manera negociada, un modelo de relaciones laborales más equilibrado y más eficiente para nuestra economía.
 
Suprimir todas las formas de precariedad laboral: temporalidad abusiva y fraudulenta, contratos de muy corta duración, tiempo parcial involuntario, horas extras no pagadas, falsos autónomos, becarios que encubren una relación laboral, etc…
 
Recuperar en la práctica la causalidad en la contratación que figura en la ley, de forma que a un trabajo estable le corresponda un empleo indefinido, dejando las contrataciones temporales para las actividades realmente temporales.
 
Devolver a la negociación colectiva su papel central en el sistema de relaciones laborales, con plena autonomía de las partes, con prevalencia de los convenios colectivos de sector, recuperando la ultractividad de los convenios sin restricciones, y respetando la legitimidad negociadora de las organizaciones más representativas.
 
Modificar la normativa sobre despido, especialmente en la introducción de drásticas restricciones al despido improcedente, en la definición de las causas objetivas, y recuperar la autorización administrativa para los despidos colectivos.
 
Eliminar íntegramente el artículo 20.4 del Estatuto de los Trabajadores (ET) que permite al empresario verificar el estado de enfermedad o accidente del trabajador para justificar sus faltas de asistencia al trabajo, el 52.d que regula la extinción del contrato por faltas de asistencia aun siendo justificadas, y 54.f para que las adicciones no sean causa de despido o sanción.