Aunque a lo largo del pasado año logramos crear empleo, desde el comienzo de la crisis han sido 553.400 los empleos destruidos en Andalucía.

 

Los trabajadores temporales siguen siendo los más perjudicados ante la no renovación de sus contratos. Aún así, la inmensa mayoría de los contratos que ser formalizan en la actualidad (el 96%) son temporales.

 

El sector público continúa siendo uno de los más afectados por la crisis y, aunque se ha creado empleo (1,24%) el ritmo de recuperación es muy inferior al del ámbito privado (3,34%). El frontal ataque de las políticas del partido popular a todo “lo público” se está traduciendo en un importante descenso de las dotaciones presupuestarias de muchos de los más básicos servicios a la ciudadanía lo que, a su vez, está afectando gravemente a la calidad de los mismos. 

 

Se continúa incrementando la ocupación a tiempo parcial, a costa de la ocupación a tiempo completo. Esto, junto al uso excesivo de la contratación temporal, demuestra como la puesta en práctica de la Reforma Laboral solo tenía un claro objetivo, menguar las condiciones laborales de los trabajadores para, de esta forma, intentar ocultar la ineficacia en la gestión empresarial.

 

Los jóvenes continúan siendo uno de los sectores de la población más castigados por la crisis. La tasa de paro juvenil supera el 60% y las dificultades para insertarse y mantenerse en el mercado laboral se aumentan con cada día que pasa. La emigración se ha vuelto a convertir en la única salida laboral para gran parte de nuestra más formada juventud andaluza

 

El aumento de los parados de larga duración está provocando que el número de hogares sin ningún tipo de ingreso no deje de incrementarse y, con ello, que el riesgo de exclusión social afecte cada día a un mayor número de ciudadanos. Según los últimos datos sobre hogares, 1.793.600 tienen a todos sus miembros en paro. 

 

Por todo ello, desde UGT Andalucía creemos que hay que llevar a cabo un giro radical de las políticas socioeconómicas que se están poniendo en marcha desde el Gobierno y que han demostrado ser procíclicas y no ayudar en nada a la reactivación de las economías domésticas.

 

Las dificultades presupuestarias que atravesamos obligan a tener que hacer un importante ejercicio de priorización. Por ello, el objetivo final de toda actuación debe ser claro: creación de empleo.

 

La clase empresarial andaluza tiene que dejar de ver a los trabajadores como un coste y darse cuenta de que solo con una política de personal que propicie unas condiciones de trabajo dignas logrará incrementar los niveles de competitividad de sus proyectos empresariales.

 

La salida de la crisis no puede dejar a nadie por el camino y, menos aún a nadie de los menos responsables: los trabajadores. El Partido Popular intenta, nuevamente, engañar a los ciudadanos y hacernos creer que la mejora en las cuentas contables de las grandes empresas y entidades financieras españolas se ha trasladado ya al conjunto de la ciudadanía.

 

Sin duda la reducción del paro es un buen dato. No obstante, dicha reducción es totalmente insuficiente y es fruto de la generación de unos puestos de trabajo sin garantías de continuidad, totalmente precario, con unas condiciones laborales indignas y con unos niveles salariales irrisorios.

 

El Gobierno del PP se escuda en la mejora de ciertos datos económicos para intentar ocultar la auténtica realidad: es incapaz de generar puestos de trabajo de calidad que nos permita asegurar una salida de la crisis socialmente justa.

 

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