De esta manera, asciende a 1.248 mujeres víctimas de violencia de género desde 2003 y 57 menores asesinados por violencia vicaria desde 2013. Este 2024 marca la peor cifra desde que se tiene registros, 7 menores asesinados por su padre. Este año 2024, se convierte en un año oscuro en apenas cuatro meses. Hombres que pretendían y conseguían enterrar en vida a su pareja y cortar las alas de vida de sus hijos.

El primer caso nos traslada a Bellcaire d'Empordà en Girona, donde un hombre asesinaba a su hijo de apenas cinco años en la madrugada del pasado miércoles 3 de abril y apuñalaba veinte veces por todo el cuerpo a su madre y pareja. La noche del martes 2 de abril, se dirigía en coche a pesar de no tener carnet de conducir a casa de su pareja, la cual le comunicó hace unos días que se quería separar, tras haber “consumido alcohol y su dosis diaria de cocaína” según él mismo comunicó en el juzgado. Al llegar al domicilio, se dirigió al dormitorio y tras asesinar a su hijo, propició veinte puñaladas a la mujer por cara, cuello, piernas, brazos y espalda así como causándole un neumotórax. No conforme, su agresor mientras abandonaba el domicilio, al verla sentada en una silla, la cogió del pie y la arrastró por toda la casa hasta la cocina donde la golpeó con una estructura metálica rompiéndole huesos de la cara y volvió a su casa. Afortunadamente, Astrid logró salir y pedir ayuda. Actualmente se encuentra en estado grave pero estable en la UCI. Lamentablemente los servicios sanitarios no pudieron hacer nada por el menor, al cual su padre le arrebató la vida por no asumir el deseo de su madre de poner fin a la relación.  El asesino culpable de este caso de violencia de género y violencia vicaria, se enfrenta a una condena de prisión permanente revisable acusado de delitos de asesinato, asesinato en grado de tentativa con agravante de género, ensañamiento y parentesco.

Más adelante, el pasado martes nueve de abril, un hombre mataba a su pareja y a sus dos hijos en la localidad barcelonesa de El Prat de Llobregat. El asesino mató a sus dos hijos mellizos de 8 años asfixiándolos, así como a su pareja, Vanesa de 43 años. Posteriormente, dejó una nota de despedida pidiendo perdón y señalando que no se trataba de un caso de violencia machista, un despropósito, el perdón y la negación de la violencia machista no devuelve vidas de mujeres, niños y niñas. Finalmente, se suicidó en la estación de trenes del municipio. No constaban denuncias previas.

Asimismo, en la mañana de ayer conocíamos un intento de asesinato en un hospital de Elche. El hombre, intentó degollar a su pareja nada más dar a luz. El niño no ha sufrido agresiones al no encontrarse en el momento junto a su madre.  En el silencio de la noche, la mujer se encontraba descansando tras su parto en el Hospital del Vinalopó, cuando apareció su pareja decidida a matarla. La mujer trató de liberarse de él defendiéndose de los cortes, propiciándole golpes con un martillo. El intento de asesinato podría deberse a que la mujer le había comunicado días antes su deseo de terminar la relación.

Astrid de 29 años y sus dos hijos mellizos de ocho. Vanesa, de 43 y su hijo de cinco. Y una mujer que apenas trataba de recuperarse de su parto, aún en el hospital.

Todas ellas, víctimas de una violencia ejercida por hombres con los que han tenido o tienen una relación afectiva, que no solo afecta a las mujeres, sino también a niños y niñas que pierden la vida con los ojos puestos sobre su padre. Ojos que se cierran por última vez con la imagen de un hombre arrebatándoles aspiraciones, experiencias y vida.

La violencia de género es esta violencia perpetrada por el hombre que, cuando su pareja les comunica que desean terminar con la relación, sienten que pierden el control sobre ellas y no asumen que no son de su propiedad. 

Desde UGT Andalucía reclamamos el fin sin paliativos de la violencia machista y vicaria. Exigimos recursos efectivos que protejan de forma real a las mujeres, justicia y acción inmediata, así como la retirada de la custodia de los padres maltratadores. Reivindicamos desde todos los sectores sociales e institucionales el rechazo ante discursos negacionistas de la violencia de género, que permiten que se sigan añadiendo nombres a esta lista negra.