La huella hídrica, un instrumento al servicio de la acción sindical
La secretaría de Industria, Transición Justa y Medio Ambiente de UGT Andalucía ha elaborado una nueva publicación en relación a la "huella hídrica". La sequía se ha convertido en un problema estructural para Andalucía. La escasez de agua va a marcar el futuro de nuestra manera de producir bienes y riquezas y va a modificar gran parte de nuestros hábitos de consumo diario.
Por este motivo, estamos convencidos de que hay que incorporar el debate sobre los recursos hídricos a nuestra acción sindical diaria, para lo que es fundamental llevar a cabo un profundo proceso de actualización de nuestros posicionamientos, de nuestras exigencias, de nuestra formación y nuestras capacidades e incluso de nuestros recursos léxicos.
En este sentido, el concepto de “huella hídrica”, en parte similar al más conocido de “huella de Carbono” en materia de cambio climático, es un elemento fundamental y un instrumento muy útil que queremos poner también al servicio de nuestra labor como Agente Social más Representativo en Andalucía.
El uso de la “huella hídrica” nos permite disponer de un concepto con el que medir el coste de oportunidad, en materia de agua, de la elaboración y consumo de un bien y servicio determinado, siendo así un elemento fundamental para ayudarnos a cumplir con los objetivos de preservación y de concienciación a la sociedad y al conjunto del tejido productivo.
En este documento, abordamos cuestiones como la propia definición de la “huella hídrica”, sus diversos tipos, la manera de cálculo, algunos ejemplos muy visuales, así como los países del mundo con mayor huella. Finalmente, presentamos algunas “pequeñas acciones” que podemos llevar a cabo en nuestros hábitos diarios para reducirla, así como algunas cuestiones a desarrollar en nuestros centros de trabajo.
El agua es un recurso natural vital por lo que, de nuestra interactuación equilibrada con el medio depende algo tan trascendental como el propio futuro del empleo. Nos enfrentamos a un escenario caracterizado por el cambio climático, por el incremento de los niveles de contaminación y por el aumento de la población mundial, elementos todos ellos que incrementan los efectos negativos de la sequía y que demuestran que, simplemente, no podemos continuar consumiendo tanta cantidad de agua.