Estos resultados catastróficos sorprenden dado que distan mucho de los que ofrece mensualmente el Ministerio de Trabajo que, aunque ha subido en los dos últimos meses de Agosto y Septiembre, no alcanza a los parámetros conocidos hoy. Y es que la EPA, hay que recordar, es una encuesta que se hace a miles de hogares y se considera la estadística más real del mercado laboral, pero en el caso de Jaén las tendencias con el paro registrado no son las mismas.

Como ejemplo, los números relativos al paro femenino nos indica que la EPA del 3^er Trimestres nos sitúa en 30.000 mujeres desempleadas, lo que supone el 46’65% del total de parados. Los datos correspondientes al paro femenino registrado se sitúan en torno al 64%. Es decir, es muy anómalo que en Jaén el paro masculino supere al femenino. Pero es lo que nos dice el INE.

Más allá de la estacionalidad que puede pesar sobre estos resultados y que se constata en que el sector servicios aporta 6.700 parados/as y la agricultura 6.500, es evidente que la sequía está afectando al empleo agrícola así como también al turismo de naturaleza pero aún así, el efecto de la temporalidad no explicaría la subida tan brutal.

En definitiva, datos muy negativos para la provincia, que no es capaz de mantener el ritmo de creación de empleo del conjunto del Estado, ya que incrementamos nuestro nivel de desempleo en mayor medida que la media de las provincias andaluzas y nos afianzamos como la mayor tasa de paro de España, por tanto, el desempleo y la debilidad de nuestro mercado laboral continúan siendo males endémicos de la economía jiennense que deben afrontar las diferentes administraciones apostando por fondos para Planes Especiales de Empleo que vengan a compensar la falta de contratos que sobre todo el olivar no será capaz de generar dada la escasa cosecha de aceituna.