Los 450 trabajadores de la empresa Vinnell, Brown and Root (VBR) han iniciado una huelga de tres para mostrar su oposición a la nueva política laboral de la empresa, a la que acusan además de trato discriminatorio respecto a llos 64 empleados de nacionalidad norteamericana. Los representantes sindicales denuncian además la negativa de la empresa a recibirles personalmente o aceptar escritos para conocer su sitaución actual. Un hecho que califican "sin precdentes" teniendo en cuenta los 50 años de relación fluida y trabajo conjunto entre españoles y americanos.

 

Paralelamente, cuatro miembros del comité de empresa  de VBR se han encerrado en las depedencias del Ayuntamiento de El Coronil, para protestar por el despido de una trabajadora con más de 10 años de antigüedad, a la que en un principio, prometieron un traslado del puesto de trabajo. Explican que su despido se harán en función de la nueva reforma laboral a pesar de los beneficios millonarios obtenidos por la empresa en los dos últimos años.

Según Angel Gámez, vicepresidente del comité de empresa de VBR y uno de los encerrados, la empresa y las fuerzas aéreas estadounidenses pretenden aprovehcar la nueva reforma laboral para implantar un modelo de relaciones laborales basado en la "absoluta disponibilidad" de los trabajadores. Le acusa de modificar unilateralmente la jornada de trabajo de personal a 10 horas diarias, con la obligación de realizar horas extraordinarias sin control, con el fin de adecuarla al régimen de trabajo del ejército estadounidense.

Por otro lado, los protestantes exigen el desbloqueo de las negociaciones para la firma del nuevo convenio colectivo, tras 23 meses de trabajo, 44 reuniones y una huelga el pasado junio. El portavoz del comité de empresa, Javier Dominguez, ha informado de que esta situación se debe a una estrategia de la empresa de imporner un convenio lesivo para los trabajadores españoles, para agotar el periodo de negociación, aplicar la ultraactividad en julio de 2013 y descolgarse del vigente. Así mediante la fórmula de la ultraactividad, la empresa reduciría en un 35% el salario de los trabajadores y emplearlo en un Expediente de REgulación de Empleo que afectaría a 70 empleados.

Durante el encierro, los sindicalistas han recibido muestras de apoyo y solidaridad tanto de partidos políticos como de ciudadanos del pueblo. Hoy repetirán el encierro en el Ayuntamiento de Morón de la Frontera (donde les visitaran miemrbos de la Diputación de Sevilla y el  Coronel del Ala21 para trasladarles la problema e instalarles a buscar una solución al conflicto) y mañana lo harán en el consistorio de  Arahal.