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CONFLICTO DELPHI

Los sindicatos mantienen la esperanza de que BWI se instale en la antigua Delphi y acusa a la Junta de torpedear la negociación

"Algo no olía bien en esa negociación entre la Junta de Andalucía y la empresa china BWI". Así de descriptivo fue Antonio Montoro (UGT) al inicio de la rueda de prensa que representantes de los cuatro sindicatos de la antigua Delphi (UGT, CCOO, CGT y USO) ofrecieron para explicar en qué punto están las negociaciones con la multinacional china, después de que el fin de semana hubiese aparecido en prensa que la empresa no se instalaría en Puerto Real por los altos costes salariales de los trabajadores gaditanos.

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Representantes sindicales de UGT, CCOO, USO y Csif
Representantes sindicales de UGT, CCOO, USO y Csif

Ni se va, ni los salarios supondrían un problema que no tenga solución. Y de hecho, la semana próxima tendrán una reunión a tres bandas (organizaciones sindicales, representantes de la empresa y de la administración autonómica) para apurar que los chinos se queden. Pero el mal olor tiene un nombre para los sindicatos: la Junta de Andalucía y, en concreto, la viceconsejería de Empleo, que según entienden, “tiraron la toalla antes de tiempo, no sólo no teniendo en cuenta al colectivo de Delphi, sino a toda la Bahía”.

Así fue cómo en la última comisión de seguimiento, de ayer mismo, el viceconsejero Luis Nieto les enseñó una carta fechada el 10 de octubre del vicepresidente de la multinacional, en la que alegaba que se retiraban de la negociación por el alto coste salarial. Lo que no esperaban es que los sindicatos habían mantenido  negociaciones con la empresa y ellos también tenían una carta, fechada siete después. En ella, la compañía reconocía que las diferencias salariales suponían un escollo pero que, no obstante, estaban dispuestos a recibir propuestas y ofertas para seguir manteniendo el proyecto en Cádiz.

Y el interés es mucho, como explicaba Francisco Cárdenas (CCOO), porque “tiene el suelo hecho, las paredes y el techo nuevo”, en clara referencia a la disponibilidad inmediata con la que cuenta la planta de Puerto Real y por la experiencia del personal. Es tanta la prisa y la idoneidad de la factoría gaditana que, incluso, Montoro se refirió a los contactos que ya ha tenido la multinacional china con empresas locales que les servirían de proveedores o que, BWI fue una de las compradoras de la maquinaria de Delphi.

Por ello, consideran que “el colectivo ha demostrado una vez más mayor responsabilidad que la Junta, negociando hasta el último día y hasta última hora con la compañía para que no se fuera, cosa que la Junta había tirado al váter”.

En todo caso, quisieron dejar “meridianamente claro” los esfuerzos del colectivo para adecuar sus condiciones salariales a la situación económica actual. “Los sindicatos tenemos claro que no vamos a bajar el nivel mínimo establecido, puesto que hay otros cauces por los cuales se pueden enfocar los gastos salariales”, decía Montoro. “Queda fuera de toda duda que podamos competir o hacer una propuesta salarial aproximada a la de Chequia (donde el SMI es de 130 euros), ni creo que sea lo que tienen que hacer los trabajadores en este país”, pero aún así, “los sindicatos hemos hecho un esfuerzo que, de manera torticera y maliciosa, ha filtrado la Junta para hacer recaer en el colectivo y en la propuesta salarial, la imposibilidad de que venga la empresa”, explicaba Cárdenas.

Lo cierto es que la propuesta salarial de los trabajadores de Delphi, provenientes del convenio del metal, está a la altura del convenio de oficinas y despachos, lo que se traduce en 15.000 euros anuales con una jornada de 1.890 horas y que cualquier incremento salarial a partir de los 15.00 euros, será en salarios variables en función de objetivos, tanto de calidad como de presencia o de productividad. Además, plantean una propuesta de cuatro semanas de vacaciones, dos a criterio de la empresa y dos del trabajador. También ofrecen una bolsa de 80 horas anuales gratis para subsanar cualquier problema que tuviera la empresa. “A partir de aquí, sólo quedan las cadenas en los pies y en las manos”, concluía Cárdenas.

Los “otros cauces” por los que se podrían enfocar los costes salariales a los que se refería Montoro son los ya archiconocidos terrenos de Delphi. “Creo que el colectivo se merece que quede claro que no han sido los salarios el motivo de que esta empresa no venga, sino que los motivos son los que venimos demandando desde hace cinco años: que la Junta ejerza los derechos que tiene sobre los terrenos de Delphi” manifestó el representante sindical de CCOO. Aclaró que estos derechos “cuestan en torno a 10 millones de euros” pero que la Junta “ni siquiera ha hecho el ademán de interponer una simple demanda judicial contra Delphi, que se comprometió a abonar esta cantidad”. Esta falta de diligencia por parte de la Administración autonómica provoca que “en lugar de ceder el terreno a coste cero, la empresa deba pagar de alquiler unos dos millones de euros al año”. Una cantidad que si se ahorrara, bien podría compensar las diferencias salariales.

Por eso, insistieron en que la Junta adquiera los terrenos para que los ceda a las empresas que quieran instalarse a coste cero “siempre que perdure la actividad industrial”. En el caso de que se fueran, “la titularidad volvería a manos de la Administración”, porque “hicimos dejación de un indemnización mayor de la que nos daban, a cambio de allí se volviera a instalar una fábrica”, recordaron.

Por todo ello, los trabajadores han aprobado en asamblea iniciar las movilizaciones mañana mismo con una concentración a las 10.30 horas en la puerta de fábrica para volver a llamar la atención sobre la adquisición de los terrenos. Asimismo, han decidido solicitar a todos los alcaldes de la Bahía apoyen públicamente con una carta este proyecto. Y, por supuesto, “que la Junta mantenga los protocolos del 4 de julio de 2007 hasta la recolocación del último afectado”; tampoco van a cesar en su empeño  de reclamar la  reindustrialización de la Bahía de Cádiz y la formación y recolocación de los trabajadores del colectivo Delphi, de Gadir Solar y de los desempleados de la provincia.

Porque como explicaron, con un proyecto inicial de producción de dos millones de amortiguadores, la fábrica podría emplear hasta 400 personas, llegando a 700 en cuatro años. Todo un éxito frente a las políticas de reindustrialización aplicadas hasta ahora en la provincia, “un monumental fracaso”.