UGT Andalucía

Los secretarios generales de UGT y CCOO, Pepe Álvarez y Unai Sordo, estarán en Córdoba el próximo 25 de octubre con motivo de la asamblea de delegados y delegadas que ambos sindicatos celebrarán de manera conjunta para preparar la movilización del próximo 3 de noviembre en Madrid bajo el lema “Salario o conflicto. Esta crisis no la paga la gente trabajadora”. En el encuentro, que tendrá lugar en el Palacio de Congresos con la presencia de unos 500 representantes de ambos sindicatos, también intervendrán sus homólogas en Andalucía, Carmen Castilla (UGT) y Nuria López (CCOO).
El objetivo de esta asamblea es abordar la estrategia sindical que se pondrá en marcha para exigir el desbloqueo de la negociación colectiva y una subida de los salarios que minimice el impacto de la inflación sobre el poder adquisitivo de los trabajadores y trabajadoras.
Tras la ruptura de las negociaciones del V Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC), CCOO y UGT acordaron trasladar a la negociación de los convenios las demandas sindicales en el AENC: subidas salariales de al menos 3,5% para este año; 2,5% para 2023 y 2% para 2024, incluyendo cláusulas de revisión salarial que garanticen el poder adquisitivo, para hacer frente a la desbocada subida de los precios, cercana al 9% (y los alimentos por encima, al 11%); la tasa más alta desde 1985.
Unas demandas que no se están viendo cubiertas por la cerrazón de la patronal y que los sindicatos volverán a llevar a la calle el próximo 3 de noviembre, cuando se celebre una gran movilización en Madrid. Así, se reclama la necesidad de salvaguardar la capacidad adquisitiva de la población trabajadora, aumentando los salarios para que las familias puedan hacer frente a la espiral inflacionista, corrigiendo así la bajada del consumo que ya se está produciendo, y manteniendo la creación de empleo y riqueza.
Según los sindicatos, las empresas están trasladando el aumento de costes, derivado del incremento del precio de sus materias primas -especialmente de aquellas energéticas- al precio final que pagan las personas consumidoras, encareciendo de manera generalizada la cesta de la compra y provocando una nueva devaluación de los salarios. No obstante, los indicadores de pobreza que hemos conocido recientemente ya advierten de un incremento en el número de hogares que tienen dificultad para llegar a final de mes o para afrontar imprevistos.