Ya es hora de subir los salarios, en especial en Andalucía, los datos del IPC vuelven a demostrarlo
La inflación se ha moderado en junio una décima en Andalucía, gracias al descenso ligero del precio de los carburantes y al adelanto de las rebajas. El índice interanual se sitúa en el 1,4%, una décima menos que el dato estatal, con una previsión a final de año por encima del 2%, lo que marca una subida salarial media de entre 1,8 y un 3%, como mínimo exigible para que los trabajadores y trabajadoras no pierdan poder adquisitivo.
El IPC no está evolucionando en función de la mejora o el empeoramiento del poder adquisitivo de la población, sino en base a los intereses puntuales de agentes como las petroleras, las eléctricas o, simplemente, las decisiones del Ejecutivo Central.
La hora de la moderación salarial debe de quedar atrás. En una economía tan dependiente del consumo interno como la nuestra, fortalecer la demanda es un aspecto básico y, para ello, resulta imprescindible apostar por una mejora generalizada del poder adquisitivo de los trabajadores y trabajadora y de los pensionistas. Desgraciadamente, aunque la propia patronal ha admitido, esta misma semana, esta premisa, propone incrementos salariales que, dado el nivel de inflación que venimos acumulando en el año, en poco o nada ayudaran a incrementar la capacidad de compra de la población.
Además del incremento salarial real, tenemos que volver a poner en valor la Negociación Colectiva y la firma de Convenios. En este sentido, la inclusión de cláusulas de revisión salarial eficaces, que impidan la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores, resulta una cuestión irrenunciable para UGT-A a la hora de llegar a posibles Acuerdos.
Las reivindicaciones más importantes de UGT en materia de inflación y de nivel de poder adquisitivo de los trabajadores y trabajadoras, para alcanzar acuerdos con la patronal y el gobierno son: incremento salarial mínimo entre el 1,8 y el 3,5%; clausulas de revisión; medidas de control de las actuaciones llevadas a cabo por las grandes eléctricas y un menor nivel de dependencia general de la economía andaluza de los mercados internacionales de petróleo.