LOS DERECHOS NO SE NEGOCIAN SE CUMPLEN.

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Opinión: Los Derechos no se negocian, se cumplen

20/01/2020 |

Carmen Vidal Salcedo - Sª General de UGT Almería
Carmen Vidal Salcedo - Sª General de UGT Almería

Han pasado ya cinco años desde la salida de la última recesión, y los vaticinios sobre una nueva recaída parece que no se cumplirán, al menos a corto plazo. Nuestra economía y el empleo apuntan a una continuación del crecimiento, aunque ciertamente muy moderado y a expensas de la marcha dictada por los acontecimientos y mercados globales. Sin embargo, los deberes no se han hecho. Diría que nuestros gobernantes y representantes políticos, cegados por la lucha partidista y por cuestiones que a la mayor parte de la ciudadanía les preocupan mucho menos de lo que ellos creen, han dejado de lado los asuntos esenciales que afectan a las personas. En estos últimos años hemos asistido a un crecimiento casi irreverente de las diferencias económicas y sociales y de la desigualdad en el reparto de la riqueza.

La clase trabajadora ve cómo la bonanza económica no se traduce en una mejora de su calidad de vida. La tasa de paro en nuestra provincia supera las 54.000 personas, casi el doble de la media de la zona euro; el 26,8% de la población llega con dificultad a fin de mes, y el 36% no pueden afrontar un gasto imprevisto; una de cada cinco personas se encuentra en riesgo de pobreza (26% de los menores de 16 años, y el 14% de quienes tienen un empleo); la brecha salarial de las mujeres es de un 20%; y las retribuciones de los altos ejecutivos de las empresas del IBEX35 son 130 veces superiores al salario medio de su compañía. No en vano España es uno de los países más desiguales de la Unión Europea. Necesitamos  nuevas políticas, que acometan las reformas imprescindibles para situar a nuestro país en una senda de progreso que beneficie a la amplia mayoría social.

La resistencia de numerosas instituciones, lobbies y tertulianos defensores del establishment neoliberal está siendo numantina. Lo vemos en los recurrentes informes del Banco de España, obsesionado con desacreditar a toda costa la dignificación del salario mínimo; en las posiciones de la patronal, bloqueando cualquier reversión de las medidas de la reforma laboral de 2012; en la gran banca, rescatada con el dinero de todos (con 65.000 millones irrecuperables), e indignada cuando se propone que aumente algo su escasa contribución impositiva. 

Es imprescindible derogar las dos últimas reformas laborales de 2012, como punto de partida para construir un modelo de relaciones laborales de calidad y con salarios dignos. Es insoslayable incrementar más el SMI a 1200 euros, sacando del umbral de pobreza a miles de personas trabajadoras. Es obligado actualizar las pensiones conforme al IPC, para asegurar una vida digna a nuestros mayores. Hay que adoptar políticas de vivienda eficaces, que aumenten su accesibilidad para las personas jóvenes. Tenemos que acabar con la siniestralidad laboral y exigir a las Administraciones que velen por el cumplimiento de la  LPRL. Es apremiante promover una mayor igualdad entre mujeres y hombres, y erradicar todo tipo de discriminación, así como vigilar que las empresas con más de 150 trabajadoras en este año que pongan en marcha su plan de igualdad.

Nuestra provincia necesita más inversión. Es urgente un plan de industrialización real donde todas y cada una de las administraciones apuesten  por el cambio de modelo que consiga empleo de calidad y estable y con infraestructuras adecuadas. Si no se ponen en práctica políticas concretas que atiendan todas estas cuestiones que palien la crítica situación que viven muchas personas en este país y que enfrenten los problemas reales que les preocupan y afectan, entraremos en una situación de fractura social de consecuencias imprevisibles.  Queda mucho por hacer y muchos derechos que volver a conquistar. Nuestra organización confía en que este nuevo Gobierno progresista consiga que la clase trabajadora no vuelva a ser la oprimida en las recesiones económicas y que vele por los derechos de los trabajadores.