UGT Andalucía

Las personas que viven en el ámbito rural tienen menos acceso recursos públicos de todo tipo, como transportes, recursos sociales, sanitarios, educativos, etc. Esta situación se vuelve especialmente grave en los casos de las mujeres que sufren violencia de género, puesto que el espacio en el que habitan juega en su contra tanto en la posibilidad de alejare del maltratador, en el mantenimiento del anonimato de la situación, como en el acceso a la protección efectiva y recursos para salir de la violencia.

La brecha digital es otro problema de las zonas rurales, especialmente de las mujeres, que la padecen en mayor medida. Esto se ha visto acrecentado con la pandemia, puesto que para solicitar ayudas y servicios era necesario tener conocimientos digitales que muchas personas no tenían.

Las mujeres con discapacidad también lo tienen doblemente difícil para acceder a recursos que les permitan acceder a servicios que favorezcan su plena inclusión y favorezcan una vida independiente para ellas.

Con los datos actuales podemos confirmar que la titularidad compartida no ha sido efectiva, puesto que muy pocas mujeres han regularizado su situación como titulares de las explotaciones agrarias familiares, 750 en toda España.

El empleo es otro de los grandes problemas de las mujeres rurales, con una mayor tasa de inactividad y de desempleo que los hombres rurales y que las mujeres en general. Sin embargo, el discurso de las mujeres rurales no puede ser negativo, sí reivindicativo, es necesario reconocer que estas mujeres están emprendiendo en las zonas rurales, están innovando e impulsando el desarrollo económico de sus pueblos, creando puestos de trabajo, hay que reconocer su importante papel, especialmente en su día.

Desde UGT Andalucía queremos más recursos públicos y sociales para las mujeres rurales, pues ellas son las precursoras del desarrollo de nuestros pueblos.